Los problemas de salud mental son relativamente frecuentes durante el embarazo y el puerperio. El diagnóstico precoz, el tratamiento adecuado y la rápida derivación a servicios especializados (en caso necesario) son esenciales.
La depresión durante o después del embarazo es significativamente más frecuente que en la población general. La psicosis posparto es una enfermedad mental grave de rápida evolución que puede presentarse en mujeres sin antecedentes psiquiátricos. Puede tener consecuencias importantes si no se reconoce rápidamente y se trata correctamente.
También es importante señalar que las pacientes con un diagnóstico previo de un problema de salud mental, como esquizofrenia, trastorno bipolar, TOC o un trastorno alimentario, pueden sufrir una recaída durante el embarazo.
Depresión durante el embarazo, depresión posparto y psicosis posparto (puerperal) en este artículo.
Depresión durante el embarazo
Entre el 10 y el 15% de las mujeres embarazadas sufrirán depresión y/o ansiedad durante el embarazo. Se presenta de forma similar a la depresión fuera del embarazo, con los siguientes síntomas principales bajo humor, letargo, anhedonia y síntomas biológicos adicionales, como falta de sueño y apetito. Pueden añadirse preocupaciones o cavilaciones sobre el parto y el cuidado del bebé, sobre todo si se carece de apoyo.
Remisión urgente a servicios especializados en salud mental debe hacerse si el paciente está gravemente deprimido, hay riesgo de autolesión o suicidio, indicios de autodescuido, síntomas psicóticos, rasgos o comportamiento maníacos, diagnóstico previo definitivo o posible de trastorno bipolar o cualquier otra enfermedad mental grave. También debe considerarse la derivación si hay antecedentes familiares de enfermedad mental grave o suicidio. También puede considerarse el asesoramiento de especialistas si son necesarios cambios en la medicación (incluido el inicio de un tratamiento antidepresivo) o si el paciente no responde adecuadamente a la medicación.
Gestión
El tratamiento de una paciente con depresión recién diagnosticada durante el embarazo debe considerarse cuidadosamente. Se recomienda el apoyo social y los tratamientos psicológicos. Al considerar el tratamiento antidepresivo, es importante reconocer que ningún antidepresivo está exento de riesgos en el embarazo. Las directrices publicadas recomiendan diferentes antidepresivos para su uso en el embarazo, por lo que puede ser mejor pedir consejo a los colegas de farmacia o a los Servicios de Psiquiatría Perinatal especializados. La paciente debe tomar una decisión informada con su médico, tras considerar los riesgos de los medicamentos frente a los riesgos de una depresión no tratada.
Servicio de Información Teratológica del Reino Unido puede proporcionar información detallada sobre los riesgos de la medicación antidepresiva.
Depresión postnatal
La depresión postnatal se define como un episodio depresivo dentro del primeros doce meses después del parto. La incidencia máxima parece producirse durante los dos primeros meses tras el parto. Debe distinguirse de laBaby Blues' (un periodo de bajo estado de ánimo e irritabilidad) que normalmente comienza tres o cuatro días después del parto, dura unos siete días y no requiere tratamiento.
Los síntomas son muy similares a los de la depresión, pero pueden incluir cogniciones negativas sobre la maternidad y las habilidades de afrontamiento. También puede haber ansiedad que puede centrarse en el bebé, incluyendo preocupaciones de que el bebé se enferme, de no poder cuidarlo adecuadamente o de que puedan hacerle daño, y desesperanza sobre el futuro.
Una vez más, debe remitirse urgentemente al paciente a los servicios especializados de salud mental si está gravemente deprimido, hay riesgo de autolesión o suicidio, indicios de autodescuido, síntomas psicóticos, rasgos o comportamiento maníacos, diagnóstico previo definitivo o posible de trastorno bipolar o cualquier otra enfermedad mental grave. También debe considerarse la derivación si hay antecedentes familiares de enfermedad mental grave o suicidio.
Gestión
Sólo el apoyo social y los tratamientos psicológicos pueden ser apropiados, dependiendo de la gravedad del episodio depresivo. Si hay necesidad de medicación (en personas con depresión moderada que presentan riesgos o no responden a otros tratamientos, o en personas con depresión grave), hay que tener en cuenta si la paciente está amamantando. En caso negativo, el tratamiento recomendado de la depresión será el mismo que en una mujer que no esté amamantando. Si la paciente está amamantando, es necesario discutir con ella la relación riesgo-beneficio de los distintos antidepresivos, para que pueda tomar su propia decisión sobre el tratamiento. Una vez más, las directrices publicadas recomiendan diferentes antidepresivos para su uso en mujeres lactantes, por lo que puede ser mejor pedir consejo a los colegas de farmacia o a los Servicios de Psiquiatría Perinatal especializados.
Psicosis posparto (puerperal)
La psicosis posparto es una forma muy grave de enfermedad mental que debe detectarse pronto para evitar daños a la madre o al bebé. Puede desarrollarse rápidamente (en el transcurso de unas pocas horas), y comienza a los pocos días o semanas del parto, afectando aproximadamente a 1 de cada 1000 mujeres. La psicosis posparto puede desarrollarse en mujeres sin problemas previos de salud mental, pero es más frecuente en pacientes con diagnóstico previo de trastorno bipolar o enfermedad psicótica. Los antecedentes de psicosis posparto en la madre o hermana de la paciente también aumentan el riesgo. Las mujeres que han tenido un episodio previo de psicosis posparto tienen un 50% posibilidad de que se repita en su próximo embarazo.
La presentación de la psicosis posparto puede ser muy variable. A menudo se observa que las pacientes parecen confusas y distraídas. Los familiares pueden informar de que se han vuelto calladas y retraídas, o lo contrario; que parecen agitadas y angustiadas. Pueden expresar ideas extrañas, por ejemplo delirios paranoides o grandiosos, o informar o responder a alucinaciones auditivas. También pueden parecer maníacos, con un comportamiento fuera de lo normal, como hablar rápidamente y ser más activos. Los trastornos del sueño son muy frecuentes. La familia y los amigos pueden no reconocer que el paciente necesita atención médica urgente, especialmente si no tiene antecedentes de problemas de salud mental.
Gestión
Una paciente que acude a los servicios sanitarios con psicosis posparto necesita una rápida evaluación por parte de los servicios especializados en salud mental. Es crucial llevar a cabo una evaluación de riesgos muy exhaustiva, que incluya ideación suicida, pensamientos de daño o ideas extrañas sobre el bebé, autodescuido y capacidad para cuidar del bebé. La mayoría de las mujeres que sufren psicosis posparto deben ser tratadas como pacientes hospitalizadas, posiblemente en virtud de la Ley de Salud Mental. Existen unidades especializadas para madres y bebés, o la paciente puede ser ingresada en una planta de psiquiatría general. El tratamiento farmacológico suele consistir en el uso de un antipsicótico y/o un estabilizador del estado de ánimo.
El pronóstico suele ser bueno. La mayoría de las mujeres presentan síntomas graves durante dos a doce semanas, y tardan de seis a doce meses en recuperarse totalmente. Un diagnóstico precoz tras el parto parece reducir la probabilidad de dificultades a largo plazo.
Es importante recordar que el riesgo de sufrir otro episodio es 50%, y estas pacientes requerirán un seguimiento muy estrecho durante futuros embarazos y después del parto.